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Wednesday, June 24, 2015

La Puerta de los Caballos


TEMA: LA PUERTA DE LOS CABALLOS
TEXTO: NEHEMIAS 3:28
INTRODUCCION
Ya hemos restaurado varias puertas y hemos restaurado áreas de nuestra vida para vivir mejor delante de Dios. Ahora nos toca restaurar la puerta de los caballos, la cual también nos habla de restaurar un área en nuestra alma.
Sus; de una raíz que no se usa que significa saltar, brincar como de gozo, caballo (porque salta): caballería, caballo, corcel (Caballo ligero, de mucha alzada, que servía para los torneos y batallas), grulla, veloz, volver.
Parásh; corcel (como extendido fuera de un vehículo, no solamente para montar); también caballería, corcel de guerra, dientes de su trillo, gente de a caballo hombre de a caballo, jinete.
DESARROLLO
I.              QUIENES LA RESTAURARON
  1. La Biblia dice que fue restaurada por los sacerdotes, 1ª. Pedro 2:4-5 & 9-10. Notemos que no fue Dios quien la restauró, sino que Nehemías con los sacerdotes, es decir que solo los creyentes que tengan una relación cercana con el Espíritu Santo.
  2. Dice que fue frente a sus casas. Josué 24:15. Aquellos hombres y mujeres que han desarrollado el sacerdocio de Dios, pero que lo han desarrollado frente a sus casas, sus familias como testigos de lo que Dios hace en la vida de uno.
  3. 2º. Crónicas 23:15. Esta puerta se llamaba así, porque era la puerta  la cual usaban los jinetes cuando regresaban de la Guerra victoriosos, esta puerta daba justo al palacio demostrando su poderío, su fuerza y su grandeza. Los que restauran esta puerta pelean las batallas del Rey de reyes y Señor de señores, pero también deben recordar que las victorias son del Rey.
El caballo nos habla de tres cosas: fuerza, valor y orgullo. Cuando la Biblia nos habla de restaurar esta puerta, nos habla de dejar a un lado el orgullo y confiar no en nuestra fuerza y valor, sino en la que viene de Dios, Isaías 45:24, salmo 29:11, Efesios 6:10.
II.           SU RESTAURACION
Efesios 6:10-12
Al restaurar esta puerta daremos lugar a que Dios pelee las batallas por nosotros. Es importante notar que también nosotros debemos poner de nuestra parte para vencer, recordar que no es nuestra lucha, sino de Dios, Zacarías 4:6.
  1. Esta puerta es la puerta de nuestras victorias delante de Dios,  avergonzado al enemigo, pero no confiando en nosotros si no en el, Salmo 44:3-7, 118:8-9, Isaías 12:2.
  2. Es la cual los vencedores restauran para no vivir en derrota, pero también es la que nos enseña a rendir nuestra fuerza, valor y orgullo.
III.         CUALIDADES DEL CABALLO
Job 39:19-25
(V19) Nos habla de fuerza y hermosura delante de Dios.
(V20) Nos habla de su porte ante la lucha.
(V21) De su valor y su dependencia de Dios.
(V22) No son creyentes que vuelven atrás.
(V23) Aunque ve al enemigo armado no se amedrenta, depende de Dios.
(V24) La trompeta suena del cielo y el creyente está presto a oír su sonido. Listo siempre para la Guerra.
Felipe fue un hombre que restauró esta puerta y lo vemos reflejado en su vida. Hechos 21:8-9. Felipe quiere decir amante de los caballos, y vemos como él confiaba en Dios, pero sobre todo como su familia también temía a Dios. La restauró frente a su casa, ya que aun sus hijas servían a Dios, y en su casa siempre había buenas nuevas y siervos de Dios.
IV.         LA CAIDA DEL CABALLO
Génesis 49:17
El caballo también figura valor, fuerza, confianza en sí mismo. El que confía en sus fuerzas la serpiente lo hace caer.
  1. Todo caballo tiene un jinete. El caballo va a donde lo lleve el jinete. La pregunta es ¿Quien es el Jinete? La Biblia dice que Dios derriba tanto al caballo como al jinete, Éxodo 15:1. Si la carne es el jinete, la carne no se sujeta, Romanos 8:4-8.
  2. Hay creyentes que actúan como un caballo sin freno, y se desenfrenan, Salmo 32:9, Proverbios 26:3. Dios tuvo que votar a Pablo de su orgullo y le enseñó a depender de El. Cuando Pablo tuvo el encuentro con Jesús, venía él lleno de orgullo a matar creyentes, y Dios o derriba tumbándole su orgullo, Hechos 9:1-6. Dios le enseña a depender de la fuerza divina, 2a. Corintios 12:8-9.
  3. Salmo 33:16-17. Confiar en si mismo, su fuerza o valor es un peligro mortal. Dios no se deleita en tu propia fuerza, Salmo 147:10.
  4. Salmo 26:3, el caballo para ser sometido (domado) necesita del látigo, pero después es muy obediente.
CONCLUSION
Apocalipsis 3:8, Proverbios 21:31
Nuestro poder no viene de nuestras propias fuerzas, sino de la presencia de Dios y de la unción del Espíritu Santo. Pablo descubrió ese secreto y por eso ya con la puerta de los caballos restaurada pudo decir: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Filipenses 4:13.

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