SERIE: LOS 12 PATRIARCAS
TEMA: SIMEÓN
TEXTO: GENESIS 29:33
INTRODUCCION
Simeón fue el segundo hijo de Jacob con Lea. Nuevamente, Lea atribuyó su capacidad de tener hijos a Dios y afirmó que Dios escuchó su clamor. Por eso nombró a su hijo Simeón, que parece significar "el que oye".
DESARROLLO
I. LA EXPECTATIVA DE UNA MADRE FRUSTRADA
Lea vio el nacimiento de Simeón con una vindicación para ganar el amor de su marido y así ya no ser más rechazada ni menospreciada. De igual manera como lo hizo con Rubén, también Simeón fue involucrado en el drama matrimonial de Lea, Raquel y Jacob.
II. DEBIDO A UN CONFLICTO FAMILIAR
Genesis 37:3-4
Los hijos son siempre los más afectados en todo conflicto matrimonial.
· El favoritismo de Jacob
· La competencia entre las esposas
· Trae división
· Destruyen las familias y la vida de todos
III. PROBLEMAS FAMILIARES AFECTAN EL CARÁCTER DE LOS HIJOS
Genesis 34:25 & 30-31
Le afecto más a Simeón que a Rubén, porque Rubén no se llena de odio y resentimiento como Simeón.
· Entra las esposas
· Celos y rivalidades entre los hijos
· Las emociones y las circunstancias afectan el carácter de los hijos
La ira de Simeón era perversa, no porque la indignación contra el pecado sea injustificada, sino porque su ira estaba caracterizada por actos de furia y crueldad.
IV. LAS CONSECUENCIAS DE LA IRA
Genesis 37:18-21, Genesis 42:21-24
La ira te lleva a hacer cosas que traen consecuencias más tarde en la vida. La palabra dichas motivas por el odio siempre dejan huella en el alma de otros por mucho tiempo.
· Odio Ira Envidia
· Celo Resentimiento Amargura
· No respeto y menosprecio
Estos afectan a todos los que están cerca de la persona de carácter deformado por los problemas familiares.
V. EL PERDÓN SANA LAS HERIDAS CAUSADAS POR LA IRA
Genesis 50:15-21
Entre los perdonados iba Simeón, que para él fue una lección ver como el odio, el rencor, el enojo, la ira, la frustración, el resentimiento, eran vencidos a través del perdón.
CONCLUSION
Genesis 49:5-7
La declaración de Jacob "Yo los apartaré en Jacob, y los esparciré en Israel" se hizo realidad. La tribu de Simeón era la más pequeña y débil de todas las tribus al final de su peregrinación en el desierto, como se observa en el segundo censo de Moisés (Números 26:14), y la tribu de Simeón no fue incluida en la bendición de Moisés (Deuteronomio 33:8). Además, a causa de su tamaño, la tribu de Simeón se vio obligada a compartir territorio con Judá, una tribu más grande y poderosa (Josué 19:1-9). Jacob no excluyó a los descendientes de Simeón de ninguna parte de la herencia prometida, pero sí los dividió y dispersó.
La afirmación de Jacob: "En su consejo no entre mi alma, ni mi espíritu se junte en su compañía", es también una lección para nosotros. No debemos aceptar el consejo del hombre airado porque es inestable y muestra una incapacidad para controlar sus emociones. Cuando la ira es un rasgo determinante en la vida de otra persona, es una indicación de la falta de autocontrol. Una persona enojada es un mal consejero.
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