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Tuesday, January 12, 2016

La fe y el oir


TEMA: LA FE Y EL OÍR
TEXTO: ROMANOS 10:17
INTRODUCCION
La fe viene del oír, y el oír por la palabra. Las palabras son las que engendran fe o por lo contrario las palabras son las que inyectan falta de fe. Depende a que palabras les pongamos atención, a quienes escuchemos.
DESARROLLO
I.               DAVID Y LAS VOCES DE DERROTA
David fue un hombre de fe, por eso vivió un paréntesis de gracias en tiempos de la ley. Su corazón y mente fueron bombardeados constantemente para que el se llenara de pesimismo, temores, complejos, amarguras, inseguridades, etc.
Su mente y corazón fueron atacados constantemente para que no le creyera a Dios:
1.     1º. Samuel 16:1 & 9-12, primero el rechazo de su papa.
2.     1º. Samuel 17:28. Su hermano le hablo derrota
3.     1º. Samuel 17:33. Su rey le hablo palabras de derrota.
4.     1º. Samuel 17:8-11 & 16 & 23-24. David oyó las mismas amenazas pero no le tuvieron en el mismo efecto que en los saldados del “pueblo de Dios” y del rey ungido de Dios. En lugar de tener miedo, le inspiro a pelear contra el.
a.     1º. Samuel 17:41-44. Hasta su enemigo lo tuvo en poco.
David tuvo suficientes razones para sentirse derrotado, deprimido, amargado, triste de ver y oír todo lo negativo que se pensaba de el, pero el siempre escucho a Dios.
II.           DAVID Y LAS VOCES DE FE
A pesar de todo lo negativo que vino a su vida, el siempre escucho la voz de Dios.
1.     Salmo 27:10. Dios fue su Padre cuando su padre le falto.
2.     1º. Samuel 17:24-27. Al oír al Goliat, David se motivo a destruirlo porque el avergonzaba al pueblo de Dios, por lo tanto avergonzaba al Dios de ese pueblo al no haber un hombre que peleara.
3.     1º. Samuel 17:31-37. Cuando Saúl estaba desanimado el niño David ministro y alentó al rey Saúl.
4.     1º. Samuel 17:44-47. David le habla a Goliat con fe.
CONCLUSION
Romanos 4:17
Dios llama lo que no es como si fuera, es decir su palabra hace lo existente de lo inexistente, por su palabra, así que es su palabra en nosotros la que engendra la fe.

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