TEMA: LA CONTAMINACION DEL MUNDO
TEXTO: 2ª. PEDRO 2:20
INTRODUCCION
Los seres humanos somo seres tripartitos. Dos son invisibles, el alma y el espíritu, y un tercero, de carácter visible: nuestro cuerpo. Ahora bien, luchamos con nuestra vieja naturaleza y nuestra inclinación pecaminosa. Es una batalla que libramos siempre. Por esa razón es necesario que nos consagremos para que Dios nos santifique:
Consagrar: ser apartado para Dios, dedicar, prometer u ofrecer a Dios.
Santificar: (gr) agios que traduce separado. Hacer que algo sea santo como resultado de la consagración.
- Declarado santo y apartardo para el servicio de Dios o para que él lo use.
¿De qué?
Del pecado. Cuando pecamos, el cuerpo, alma y espíritu se ven afectados. Sufren contaminación. Y el apóstol Pablo fue claro al advertir que el pecado produce muerte, Romanos 6:23.
Contaminar: (gr) miasma; lo que mancha, lo que deshonra, lo que ensucia y produce impureza, como resultado de la corrupción.
- También significa polución, pero literalmente teñir de un color a otro.
- Los cristianos tienen su ropa emblanquecida; ahora la carnalidad contaminaría, mancharía esa ropa.
Allí Pedro habla de concupiscencias que contaminan, o dejan en polución o contaminación. Esto ser refiere a la "corrupción" del ver. 19 y a la "lascivia" o "disoluciones" del ver. 18.
DESARROLLO
I. DIOS Y LA CONTAMINACION
Levíticos 22:1-3
Dios es santo por lo tanto para acercarnos a El debemos consagrarnos y así Él nos santificara. De lo contrario, pues acercarnos a su presencia contaminados, puede traer consecuencias eternas, Levíticos 22:15-16.
Dios tenía una serie de órdenes para sus sacerdotes y su pueblo para que no se contaminaran y estar consagrados para entrar a su presencia.
II. LO QUE CONTAMINA
Marcos 7:20-23, Mateo 15:10-11 & 16-20 (falsos testimonios)
Aunque la Ley de Moisés fue dada a Israel para evitar se contaminaran, no solo de manera espiritual, si no también física, ahora Jesús explica que delante de Dios HOY lo más importante es de cuidad de no contaminar nuestra alma y espíritu.
¿Qué puede llegar al corazón que nos puede contaminar con el mundo?
a. Salmo 106:34-40 – tomar, creer, participar y avalar las costumbres de los pueblos que no temen a Dios produce que, al participar con ellos, nos contaminemos de sus obras.
b. Ezequiel 22:1-4 – acá habla de derramar sangre e ídolos literalmente, pero entendemos que, para nosotros, ahora en estos tiempos no solo son ídolos en cuestión de religión, si no todo aquello que ocupe un lugar más importante que Dios en nuestro corazón.
- También, el derramar sangre no es literalmente, si no, la violencia, el guardar resentimiento, el lugar a la ira fuera de control, el desear el mal a alguien, maldecir a alguien, Mateo 5:21-26.
c. Ezequiel 36:16-17 – La lascivia, las pasiones desordenas, las obras de la carne, y todo lo que lleva al desorden sexual contamina, Hechos 15:19-20, 1ª. Corintios 6:18-20, 2ª. Corintios 6:14-17.
d. 1ª. Timoteo 6:9-10 – amar el dinero, las riquezas y los bienes materiales, más que a Dios, fácilmente contamina el alma de los nacidos de nuevos para desviarlos y hacerlos esclavos del pecado nuevamente.
Y muchas otras maneras de las cuales podemos contaminarnos y manchar nuestras vestiduras blancas.
III. PROPONGAMONOS NO CONTAMINARNOS
Daniel 1:8
Eso es algo que nosotros debemos disponernos y proponernos, CONSAGRARNOS, apartarnos para Dios, aun a pesar de lo atractivo que parezcan los manjares de la tentación.
- 2ª. Corintios 7:1 – recordemos que somos seres tripartitos, por lo tanto, no contaminemos, nuestro espíritu, alma y cuerpo.
CONCLUSION
1ª. Tesalonicenses 5:23-24
Guardemos todo nuestro ser irreprensible, libre de toda contaminación.
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