LLorando por la Siguiente Generacion

 

TEMA: LLORANDO POR LA SIGUIENTE GENERACION

TEXTO: JUECES 2:10-16

INTRODUCCION

En la guerra espiritual es importante adiestrar a la siguiente generación para que siga peleando por el Reino de los Cielos. Israel fallo en esto constantemente. Dios los entregó a sus adversarios por haberse apartado de Él, de su palabra y su voluntad.

(Versículo 10) Es, decir, no se preocupaba ni se mostraba agradecido.

DESARROLLO

I.              EL FRACASO

Josué 24:15

El mayor fracaso de esa generación fue que ellos no hicieron como Josué hizo:

a.    No Instruir a sus Hijos

Deuteronomio 6:4-9

Cada generación fracasó al intentar enseñar a la siguiente generación a amar y a seguir a Dios. Pero esto estaba en el mero centro de la ley de Dios.

·      La falta de liderazgo espiritual resulta en la correspondiente desobediencia del pueblo de Dios.

·      La generación previa no había enseñado a sus hijos el temor de Jehová ni a guardar Sus mandamientos.

·      La negligencia de los padres produjo a la apostasía de sus hijos.

b.    No Bendecir/Orar por sus Hijos

Números 6:22-27

La instrucción en la palabra de Dios los ancla en la voluntad de Dios, pero el bendecirlos y orar por ellos, los empodera y lanza hacia el futuro, a las promesas y voluntad de Dios

No fracasemos nosotros con nuestra siguiente generación.

II.           ¿QUÉ HACER?

Para vencer a nuestros adversarios y no perder nuestra siguiente generacion debemos:

a.    Levantarnos Como Jueces

Jueces 2:16

Pero no de otras personas ni de otras casas. Si no, primero juzgarnos a nosotros mismo, para no ser juzgados por otros (1ª. Corintios 11:28-32) y luego a nuestra casa para hacerlos volver al Señor.

-       Instruyamos con la palabra de Dios

-       Corrijamos con la palabra de Dios

b.    Volvámonos al Señor

Lamentaciones 3:40-41

Confesemos nuestro propio pecado, oremos y volvámonos al Señor de todo corazón y lloremos por la siguiente generacion para que no se aparten de Dios y se pierdan.

CONCLUSION

Josué 24:29-31

Cuando la generación anterior olvida instruir a la nueva, esa nueva generación se olvidas de Dios.